miércoles, 10 de noviembre de 2010

10 de Noviembre 2010

La locura viene acompañada o ...

Definitivamente la locura viene acompañada. Cuando se sentó el Señor Silter en el restorán de la esquina, mejor dicho en la vereda del mismo; vio salir al mozo y le pregunto ¿la locura viene acompañada? El mozo le respondió; -si con una guarnición de ensalada verde o papas, como usted prefiera, igual (le advierto) es un plato fuerte así que le conviene un buen vino para acompañar. El Señor Silter respondió -Tráigame con papas, y por favor de postre un… no sé, una lagrima quizá. Se detiene a pensar no sabe cuál es el postre, aunque en el fondo, siempre se le aparece la misma cara, el rostro de una amiga, de una vieja amiga, ya hora hace tiempo que no la ve, una vez se la cruzo en la calle, en plena ciudad ruidos confusión, autos, gente con tacos y luces por doquier, humo de cigarrillo y famosos bizarros saliendo de grandes teatros. El recuerda haber sido amable, pero duda de ella, no lo sabe, quizá lo saludo por compasión, porque ya había pasado el tiempo y es lo que hacen las personas cuando pasa el tiempo, saludar. Tal vez el Señor Silter piensa que fue demasiado saludo, tal vez en lugar de decirle hola ¿qué tal?, ¿cómo le va?, tendría que haberle dicho hola, ¿qué tal?, o solo un hola, un hola seco, sin emoción alguna, e inmediatamente revolear los ojos hacia la calle mientras simula que ve algo interesante, más interesante aun que su amiga, eso suelen hacer las personas importantes de cuerpo flaco y altura considerable. Después de pensar resolvió que no había nada por resolver y le dijo al mozo, -sin comida, solo una lagrima- El señor Silter cree que la locura viene siendo perseguida, por la realidad más cruel y desgarradora, insensible y manipuladora. Todo el tiempo una corre a la otra, la locura nace primero y se regodea en la infancia lo más que puede, en general la realidad la alcanza y la destruye, a veces la acorrala. El Señor Silter piensa que todavía su locura corre por su salvar su vida, aunque la realidad es tan cruel que es capaz de transformarse en personas como el mozo. Habla el Mozo- Señor no puede estar en la vereda de este restorán, o entra y consume, o se va. El señor Silter se levanta y camina despacio hacia alguna esquina, y trata de recordar el rostro del mozo, para olvidar el de su amiga.
CONTINUARÁ...continuará?

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